Hoy me desperté con el ganglio derecho grande como una pelota de golf y con el mismo costado de la garganta irritado como si me lo hubiera estado rascando por adentro. Esto determinó mi humor para todo el día, que fue pésimo. A falta de una, me dormí dos siestas, ya que no tenía absolutamente nada que hacer, y visitar a alguien con esos ánimos hubiese sido muy desconsiderado de mi parte.
Cuando me despierto de una siesta, y particularmente cuando me despierto de mal humor, ocurren dos cosas, siempre en el mismo orden. Primero, necesito transportarme hasta el sector de la casa donde esté el resto de la gente, depositarme en una silla, y estar ahí, simplemente, acompañado pero sin hablar. Mi madre, que aparentemente se olvida de la necesidad de guardar silencio que implica esta primera etapa, me pregunta una y otra vez si me pasa "algo". Y, ¿qué pone de peor humor a alguien que le pregunten con aire de dirigirse a un niño hipersensible: "¿Te pasa algo?" ¡NO! ¡O al menos no hasta la segunda vez que me preguntaste!. Pero no importa, esto uno lo piensa y no lo dice, porque, después de todo, el resto no tiene por qué adaptarse a nuestros extraños cambios de humor.
Luego de una media hora de autismo comienza la segunda etapa: voy recuperando el conocimiento, pero sigo igualmente irritable. Es entonces que debo encontrar algo sobre lo cual despotricar, antes de volver finalmente a la normalidad. Esta tarde, haciendo zapping entre los tres canales que tengo, encontré el blanco perfecto: las notas a los turistas de veraneo.
¿Hay algo más descaradamente rellenador de espacios muertos y menos importante que una nota a un turista, generalmente idiota, que repite en tono afirmativo lo mismo que el periodista ya dijo en tono interrogativo?.
-Recién llegados?
-Recién llegados, recién llegados.
-Cómo pasaron las fiestas, en familia?.
-En familia, sí, sí.
-Y ahora disfrutando de la playa?. (La cámara se acerca a una pareja en la orilla hasta tomar en primerísimo plano el culo celulítico de la mujer mientras seguimos escuchando las reveladoras palabras de la entrevistada).
-Disfrutando de la playita, sí.
-¿POR QUÉ CARAJO TIENEN QUE MOSTRARLE EL ORTO A LA POBRE MINA? ¿Loco, no pueden ver un culo y no filmarlo? ¡ENFERMOS!. Es la era del Orto, ésta. No pueden ver una mina en paz y no meterle el lente en el ojete.
-Haciendo compras, señor?
-Haciendo compras...
-Los precios?
-Y, caros, caros. Hay que buscar.
-El que busca encuentra?
-El que busca encuentra, exacto.
(Plano a las tetas de la mina que pasa corriendo por las costa, renovados insultos de mi parte).
-Señora... qué hermoso día, eh.
-Ay, maravilloso, maravilloso.
-Disfrutando del sol?.
-Sí, disfrutando,... en familia.
-Cuándo llegaron?
-QUÉ CARAJO LE IMPORTA A LA GENTE CUÁNDO LLEGÓ LA MINA A APLASTAR EL ORTO?
-Hoy,... sí...
-Recién llegados.
-Sí...
-Y cómo encontraron la ciudad?.
-Linda... linda... Un poco sucia.
-Y SÍ, CÓMO NO VA A ESTAR SUCIA SI LLEGAN USTEDES Y SE LLENA EL MAR DE TAMPONES Y PAÑALES CAGADOS, QUERIDA.
(Plano del culo de una señora, descarado primer plano).
LOCO, CÓMO SE ATREVEN...! POR QUÉ NO LE FILMAN LOS HUEVOS ARRUGADOS AL VIEJO? POR QUÉ TIENEN QUE EXPONER EL CULO DE LA MINA COMO SI LES PERTENECIERA?. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH.
Qué hermoso, qué hermoso cuando uno encuentra con qué descargarse.
Ya estoy como nuevo.
Hace 4 años