miércoles, 27 de agosto de 2008
Juan te invita a unirte al grupo No Entiendo Facebook
No, ¡no!, hijos de una cooperativas de zaparrastrosas esquineras, NNNNO.
"Miguel García te ha mandado una solicitud para agregarte a su lista de amigos". ¿Y quién carajo es Miguel García? O sea, qué tiene que venir a agregarme Miguel García, qué derecho tiene MIGUEL GARCÍA a querer venir a ser amigo mío cuando yo no sé quién es, nunca lo vi, no tenemos amigos en común, gustos en común, un choto en común.
No entiendo Facebook y no entiendo la gente que lo usa.
Y sobre todo, no entiendo por qué tengo Facebook.
Érase una vez en que cierto inglés que me gustaba me hizo crear uno. Una época maravillosa en la que no existía el furor por estas bitácoras que ahora alcanzó nuestro país; época en la que ningún desubicado te agregaba, ni te mandaba un regalo virtual por facebook, ni te mandaba un soplido en el codo por facebook, ni te compraba un perro virtual por facebook, ni te metía un palo en el orto por facebook.
Eso, eso es lo que no entiendo. Eso de las acciones por facebook. Carolina te ha mordido! Muérdela a ella! ¿Perdón? ¿Quién es Carolina y qué significa esa estupidez de que me muerda? Agustín ha comprado un Fiat en la Guerra de las Pandillas. Sergio (y te aparece la foto de un gordito cuarentón) te invita a unirte a los grupos: ¿Dónde está Gamuza? y Quiero Bailar Un Chamamé.
¿Estamos todos locos o somos todos muy pelotudos?
Ahora si alguien tiene algo importante que decirte, no te manda un mail (ya ni mencionar una llamada telefónica). ¿Qué hace? Lo escribe en tu P A R E D de facebook.
Envíale un árbol, Tírale un burro en la cabeza, Realiza los tests: ¿Cuánto amas la muzarella?, ¿Qué clase de planta exótica eres?, ¿Comes brócoli con suficiente regularidad?.
Manuel está soltero de nuevo y te envía una solicitud de abrazo. ¡ABRAZA A MANUEL!
Carlos se hizo fan de "Cadena perpetua para violadores de niños!" !
Ramiro se unió al grupo Amo la Espinaca más que a mi vieja. Julieta te hace cosquillas, ¡escúpela!
No entiendo.
No entiendo.
No-en-tien-do. Voy a eliminar mi Facebook.
jueves, 21 de agosto de 2008
the bitter beginning
Nunca pensé que iba a volver a pasarme tan rápido. La ansiedad que paraliza, los impulsos peligrosos, las palabras insinceras por decir algo y las mil conjeturas del hielo. La tensión, los humores espesos y la conversación interminable entre la sangre y el miedo. Observar en la sombra, sofocar la voz, planear mis palabras; torcer las tuyas en un sentido conveniente y así permitirme una victoria diminuta: dormir sin soñar, tolerar los días de la mudez, mentir una semana más.
Necesito conseguir otro gesto natural que te permita descansar, que te haga quedarte cerca; que te haga pensar que podés ignorarme para siempre porque yo no insisto, no molesto, que la mudez está bien conmigo. Y es cierto que no puedo ver quién sos si no me das la confianza para escucharte, pero también es cierto que nunca me escuchaste decir una sola cosa que quisiera estar diciendo. Y si tengo las uñas adentro de la carne, nunca lo sabés. Y si adentro los cimientos de la prudencia se van cayendo, todo lo que escuchás es una nota enrarecida que sobresalta solo en parte, como un tono discordante en una melodía conocida que podés decidir haber imaginado.
Tengo miedo de asustarte, tengo miedo de hablar demás, de no hablar suficiente, de hablar sin acierto. Tengo miedo de que no veas quién soy y miedo de que me veas con lo que tengo. Miedo de que me hagas caer con esas disculpas tibias e inmóviles que nadie necesita. Miedo también de que me digas que sí y no poder cuidarte de mí. Porque yo también soy difícil.
No quiero asustarte. Es esta hora de la mañana que no sé que tiene, que me hace tan vulnerable al murmullo fatalista que viene de la angustia. Desde lejos llega una canción: no tengo fé… pero tengo fuerza. Y con esta fuerza por ahora espero, el momento en que pueda callarme y hable de una vez, o hables vos, porque aunque todo salga mal estoy feliz de sentir y creer en lo que siento.
martes, 19 de agosto de 2008
Have To Drive
me despierto tan débil y tan pequeña.
Para las diez estoy de nuevo en la cama
tratando de ignorar el jurado en mi cabeza.
Tengo que conducir. Tengo mis razones.
Afuera hace frío, odio las estaciones en este lugar...
Tenemos que conducir, es natural.
...Pero no hemos dormido en años.
Sufrimos a la mañana, sobre todo.
Te vimos tirado en la ruta,
tratamos de cavarte una tumba decente,
pero, de qué sirve eso.
Es una posición delicada.
Gira la botella, escoje tu víctima,
pasa los cambios.
Si grita, rómpele los tobillos para protegerlo.
Tenemos que conducir, se están acercando.
¡Metete adentro!, todo va a estar bien.
-Salvaremos a tus hermanos, salvaremos a tus primos.
Los llevaremos lejos de las calles y de las luces y
lejos de todo rastro de malvada humanidad.
Sufrimos por las mañanas, sobre todo.
Despertamos con el cuerpo dolorido y los ojos fatigados,
tratando de olvidar lo que vimos.
Amanda Palmer
condensada por Juan
Si alguien entiende esta letra de una, lo beso.
viernes, 15 de agosto de 2008
Hartazgo, contratos y micros
Pau es una persona que se ríe de casi todo lo que yo digo, con lo cual estando con ella me siento muy divertido y ocurrente. Cuando nos instalamos en el micro le representé a la vieja que había viajado conmigo en mi viaje anterior: una señora que se levantó por lo menos 30 veces al baño, 20 a tirar papelitos (iba comiendo caramelos y tirando los papeles en el tacho de a uno), 10 a preguntarle algo a chofer y 15 a comprobar que su equipaje seguía efectivamente sobre su cabeza. Le actué a Pau el número de la señora levantándose jadeante mientras se agarraba de cuanto asiento, objeto cóncavo, cuello y cabellera pudiera aferrarse a y avanzando con un quejido. Ella chocha.
También la deleité con el relato de la Melani: "DECILE A LA MELANI, DECILE"
"Eesssaa Mélani", había dicho una chica, indignada: "Eessa Mélani.. puede tener el pelo sucio, la ropa sucia, CON O L O R , pero la cara... siempre con PINTURA".
Luego de seis horas de viaje y de inexorable vigilia llegamos a Retiro donde nos tomamos dos submarinos XL mientras nos mirábamos fijamente sin decir palabra alguna.
El motivo de nuestro viaje era la feria de empleadores que hacía la empresa welcome abroad ese día a las 9 en el sheraton, de la cual, si pagabas el programa como hicimos nosotros, se supone que te vas supuestamente contratado para trabajar supuestamente en Usa por tres meses, supuestamente.
A todo esto me escribe un compañero de la facultad que estaba empecinado en juntarse con nosotros e ir juntos a la feria. Totalmente odiado con mi benevolencia le digo dónde estamos y aparece con su mejor cara de muerte a perturbar nuestro humor matinal. ¿Puede ser que una persona sea tan ortiva, tan poco comunicativa, tan vacía de todo sentido de humor, calidez, humanidad? Él ya había viajado a Estados Unidos con un programa similar y no pudimos sacarle ninguna anécdota, consejo útil, advertencia oportuna, dato curioso, recuerdo extravagante, sugerencia pertinente. Nada. Luego de dos horas de silencio de su parte que interrumpía (y mi conversación con Paula), para preguntar cosas como: ¿Viste el partido de Argentina? (No,... no) ¿Estás viendo los Juegos Olímpicos? (Eh, no, no me gusta el deporte, están buenos? -Sí. -...). A las 8 nos pusimos en marcha porque necesitábamos imprimir unos papeles. Nuestro acompañante se puso un poco molesto al percibir que no teníamos apuro alguno y chasqueaba la lengua cada vez que nos deteníamos en algún lugar. Tzk! de acá, tchk! de allá. ¿Disculpame?
En la feria, un momento de zozobra: Todos de traje y corbata. Las chicas: De vestido, de saquito, de tacos. Parecía un cóctel para festejar los 50 programas de Casi Ángeles, pues tambien parecía que estuviera prohibida la gente no rubia y los peinados espontáneos. Mis zapatos sin cordones de pronto me parecieron canoas viejas; mis pantalones azul oscuro: idénticos a los que lucen los pordioseros; la camisa de jean y la campera negra: los deshechos del placard de mis hermanos mayores; mi cara: la del hermano pobre de Luciano Pereyra.
Bueno, al menos ÉL (refiriéndome a mi compañero), está peor que yo, pensaba para contentarme mientras lo veía caminar hasta al baño con sus zapatillas deportivas, sus jeans holgados y su remera gris. Y al rato sale hecho un dandy. Yo así no.
La feria se hizo eterna porque se inscribió más gente de la que lo hace normalmente y el sistema de llamados para las entrevistas era un quilombo, ya que tenías derecho a tres entrevistas pero no todas las empresas iban al mismo ritmo entonces había gente que ya se había entrevistado tres veces y otra (obviamente nuestro caso) que siendo las 4 de la tarde recién pasaba a la primera. También fue nuestra última, porque por suerte nos tomaron. Pero mientras, muchísima tensión, incertidumbre, mucha calentura porque nuestras segunda y tercera opciones estaban llamando a gente que ya había tenido más de una entrevista y no era justo. Pero finalmente lo hicimos. Todavía no cuento nada porque no firmé y es yeta.
Cuando salimos del hotel, cagados de hambre y de hartazgo, vimos que nos esperaba en la puerta nuestro fúnebre compañero, del cual nos habíamos olvidado completamente. Sin preguntarle cómo le había ido (horrendo lo nuestro también), nos fuimos a pasear al centro donde comimos en un patio de comidas porque al señor no le gustaba nada de lo que nosotros proponíamos y ahí cada uno podía pedir lo que quisiera en el puesto que se le antojara el glande. Así, no escucharíamos quejas. Pero no. Se quejó del precio y de la gente. Cuando nos fuimos, y ante la perspectiva de seguir caminando con este sujeto hasta las 8 de la noche, horario en el que se tomaba en micro (nosotros lo hacíamos a las 9), mentimos con descaro que teníamos un compromiso y nos libramos de su presencia sepulcral. Una vez solos con Pau nos abrazamos y besamos con la emoción de un preso al que le dan su libertad.
Luego a Pau le empezaron a doler los pies y la ofrecí cargarla caballerosamente y seguir paseando pero no le pareció bien así que nos tomamos un bondi a Retiro e hicimos tiempo hasta las 9. ¡Nos dieron una milanesa! De hecho, fue una combinación rara. Una milanesa, un morrón, un queso un-table anteibl, un alfajor de maizena, todo un un paquetito. Ah, y una sal. ¿Qué-on-da?
Me comí la milanesa, que era de pollo. Paupérrima, el pollo grueso y poco pan rallado, casi crudo y blandengue. Una bosta. Pusieron la simpática peli Muerte en un Funeral, una copia que a la legua se notaba que era trucha, por supuesto sin sonido como hacen siempre, subtitulada en chino ella. Así de pronto. En chino. Pegamos el grito, lo arreglaron, después se trabó, nadie hizo un choto, la sacaron, pusieron la DIVERTIDÍSIMA (?) película Conversaciones con Mamá con CHINA ZORRILLA, que tampoco terminaron de pasar, aunque SÍ DEJARON EL MENÚ ACTIVADO Y CON SONIDO MUY ALTO ESTA VEZ, con lo cual se escuchaban una, una y otra vez, y mil veces, los mismos tres putos acordes de piano. Yo que estaba muerto de sueño levantaba la cabeza (tenía el televisor sobre la misma) y le gritaba: CALLATE MIERDA, CALLAAAATE.
Finalmente un alma caritativa la sacó.
Fin del viaje.
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Bueno
La foto no tiene mucho que ver, pero la pasé muy bien ese día en la casa de Pola. En esta foto estamos Pola (ebria), Victor (sobrio), Cecho (sobria) y yo (ebrio) rockeando.
Pd: Me saqué una foto carnet, tan pero tan fea, que a dos de las tres personas que la vieron les agarró un ataque de risa, y el tipo que me la sacó, cuando me la entregó me dijo: Bueno, si es para un currículum, aclarales que no siempre sos así.
Terrible