Todos los martes a las 17 se estarán proyectando en el Auditorium, hasta bien entrado julio, películas británicas clásicas, de esas que hicieron escuela y dispararon a su director a la categoría de obligatorios. Hoy me tocó Barry Lyndon (1975, Kubrick), sobre un pibe irlandés sin expectativas, que aspira a formar parte de la nobleza inglesa del siglo XVIII y lo consigue mediante una serie de tramoyas y mucho orto, pero termina solo, corrompido, sin una pierna y tan pobre como cuando se fue de Irlanda.
El quetejedi se fue al cine con sus mejores trapos esperando ver cineastas amateur en particular y gente bella en general. Imagínense mi decepción al observar que la media de edad de la platea era de 70 años. Parecía una reunión del Pami. Chasquidos, gargajos, carraspeos, algún ronquido cómo no?, y un señor adelante mío que tenía semejante frizz que sus pelos me tapaban los subtítulos.
A los marplatenses: vayan.
3 comentarios:
se me antoja uno de esos
vamos, vamos.
:)
Contestando a tu pregunta, sí, el blog se llama así por Alanis, por esa canción tan genial que dedicó a su hermano mellizo. Pero, como habrás podido ver, es un rejunte de incoherencias sin otro objetivo más que el de descontracturar mi saturada mente.
Saludos!
Eehmm... viejos putos, no? La palabra "Británico" es tan homoerótica!
Igual, convengamos que los cineastas... sólo tienen fama, si los mirás de cerca, ninguno es lindo.
Es otra sugestión...
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